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        🍮19 de julio de 2024🍮

 

La epístola a los Romanos

Romanos 7:1-8:17

La Lucha Interna Del Cristiano

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 

(Romanos 8:16). 

Propósito: "Exhortar al creyente a depender de la ayuda divina".

El Espíritu de Dios que mora en el creyente es la garantía de que es pertenencia de Dios.  Ya quedó demostrado, en todo lo expuesto anteriormente, que el que no tiene el Espíritu de Dios no es de él. Por lo que, el apóstol Pablo continúa confirmando su argumento, revelado por Dios con la siguiente afirmación: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". O sea, que, como algo personal, el Espíritu Santo confirma en la vida del creyente la posición que este ocupa en la familia de Dios: "hijo de Dios". En realidad, lo correcto es que el Espíritu da testimonio "con nuestro" espíritu, no "a nuestro" espíritu. El espíritu del creyente sabe cual es su posición y el Espíritu Santo testifica junto con él. "Somos hijos de Dios". El verbo "ser" (somos) expresa una acción contínua y permanente. Es como si se dijera "somos hijos de Dios continuamente y nunca dejaremos de serlo". "Hijos de Dios", indica posesión. "Pertenecemos a Dios". El creyente es "hijo de Dios" en virtud del nuevo nacimiento y por su relación con Cristo, así como lo expresa el apóstol Juan: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios" (Juan 1:12-13). Continuará. 

🎵 Cristo Jesús del cielo descendió,

Para librarme de la perdición.

¡Qué grande amor así me desplegó!

Y ahora yo me gozo de su salvación.

Yo le amo, sí, le amo, Porque él me 

amó a mí: y quiero complacer a Cristo,

Siempre aquí.🎵

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