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          🍮 12 de julio de 2024🍮

 

La epístola a los Romanos

Romanos 7:1-8:17

La Lucha Interna Del Cristiano

Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 

(Romanos 7:15-17). #Segunda parte

Propósito: "Exhortar al creyente a depender de la ayuda divina".

El apóstol Pablo en lo dicho anteriormente ha mostrado que toda la humanidad "habiendo sido vendida al pecado", "Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien". "Yo sé", es el conocimiento intelectual. Que, "En mi, esto es, en mi carne" podría significar "en mi ser natural tal como existe ahora que soy pecador". "No mora el bien", en el sentido de que el hombre natural está controlado por la naturaleza pecaminosa y, por lo tanto, es incapaz de cumplir el propósito benéfico para el que Dios lo ha creado. El apóstol lo explica: "Porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo". El texto griego dice: "Porque el querer está junto a mí, pero el realizar lo bueno no". Una y otra vez, el apóstol Pablo expresa el poder contundente del pecado en la vida del hombre. ¿Por qué? "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago". Obsérvese que los verbos "hago" y "quiero" están en presente, sugiriendo una acción continua o algo que se hace habitualmente. Y, concluye: sino "El pecado que mora en mí". En esta frase Pablo no esquiva su responsabilidad, sino que reconoce su condición de pecador. "Así que, queriendo hacer el bien", que aunque es una buena intención, el hombre natural no posee la capacidad para hacer tal cosa. "Hallo esta ley". Mejor sería, "hallo la ley". Probablemente, la ley mosaica mencionada ("No codiciarás", Romanos 7:7). "Que el pecado está en mi". La ley revela que el mal está en el corazón del hombre. De modo que, el problema está en el hombre, no en la ley. "Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios". "Me deleito", significa "gozarse con alguien", "concordar gozosamente". La expresión "el hombre interior" es un contraste con "la naturaleza pecaminosa". El hombre interior se deleita o se goza con la ley de Dios. La naturaleza pecaminosa se deleita con el pecado. Pero, hallo "Otra ley". Esta ley es diferente a la ley de Dios. La palabra "otra", señala a otra diferente. De manera que Pablo está hablando de una ley diferente que contrasta con la ley de Dios en la que Pablo se deleita. Y el apóstol dice que esa ley está "en mis miembros" y "se rebela contra la ley de mi mente". La expresión "se rebela" significa "organizar una expedición militar" o "hacer guerra contra alguien". De manera que "la ley de Dios" parece ser equivalente a "la ley de mi mente", mientras que "la otra ley" se corresponde con "la ley del pecado". Es decir, la lección presentada aquí es el contraste que existe entre la "ley de Dios" que es santa, justa y buena, y la "ley del pecado", que tiene que ver con la autoridad que el pecado ejerce en la vida del hombre a causa de su condición caída. El pecado actúa como un jefe militar que "lleva al hombre cautivo".  "Lleva cautivo", significa "capturar con una lanza", "apresar en guerra", "llevar cautivo". La ley o autoridad del pecado se aprovecha de la debilidad del hombre, lo "lleva cautivo" y lo esclaviza al pecado. John Murray, dice: "La ley del pecado es la ley que procede del pecado y que el pecado promueve. Se contrasta con la ley de Dios y tiene que ser antitética a esta en todos los aspectos". Llegado a este punto, el apostol proclama: "Miserable de mí". Literalmente: "Miserable hombre yo", o talvez: "Yo [soy] un hombre angustiado". "¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?", la forma verbal "librará", significa "rescatar". Este vocablo era usado para describir el acto de un soldado que rescataba a un compañero de manos del enemigo. Talvez Pablo vislumbre el momento de la resurrección, cuando el creyente recibirá un cuerpo nuevo que jamás será afectado por el pecado. Y, Pablo responde a la pregunta anterior: "Gracias doy a Dios, por Jesucristo, Señor nuestro. "Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios". Todo lo que podemos hacer es expresar gratitud, puesto que no tenemos méritos personales que presentar. Pablo reconoce el conflicto entre "la ley de la mente" y "la ley de la carne". En su mente reconoce las cualidades sobrenaturales de la ley de Dios y desea obedecerla, pero la ley del pecado pretende ejercer su hegemonía sobre la vida del apóstol. Esa es una verdadera guerra espiritual. Solo la dependencia de Cristo, el poder del Espíritu Santo y la dirección de la Palabra de Dios pueden dar victoria al cristiano. #Continuará.

🎵A la victoria Jesús nos llama,

va con nosotros el Capitán;

Marchemos, pues, a combatir

a los ejércitos de Satán.

Marchemos, pues, a combatir

a los ejércitos de Satán.🎵

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