👣UN CAFECITO NUEVO CADA MAÑANA👣
🍮 3 de julio de 2025🍮
JUAN 4:20-26
Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (JUAN 4:22-23)
Sin embargo, en tiempos del diálogo de Jesús con la mujer, los judíos estaban en lo cierto y los samaritanos no, puesto que el nuevo pacto aún no había comenzado. Entonces Jesús dijo: “Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos”. Como los samaritanos habían rechazado la mayor parte del Antiguo Testamento, carecían del total de la revelación allí contenida. Hay un sentido doble en la salvación viene de los judíos; primero, la revelación de la salvación vino antes a ellos y después al resto del mundo (Ro. 3:1-2; 9:3-5); segundo, la fuente de la salvación—a saber, el Mesías—era judío (Ro. 9:5). La enseñanza de Jesús es que la naturaleza de la adoración sería lo importante bajo el nuevo pacto, no el lugar de adoración. “Mas la hora viene, y ahora es—le dijo Jesús—, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. El espíritu no hace referencia aquí al Espíritu Santo sino al espíritu humano. La adoración debe ser interna, no es la conformidad externa con las ceremonias y los rituales. Debe salir del corazón. La verdad llama a que esta adoración de corazón sea consecuente con la enseñanza de las Escrituras y esté centrada en el Verbo encarnado. Ni la adoración de los samaritanos ni la de los judíos podía caracterizarse como adoración en espíritu y en verdad, aunque los judíos tenían mayor comprensión de la verdad. Los dos grupos estaban enfocados en factores externos. Se conformaban externamente con las regulaciones, rituales observados y sacrificios ofrecidos. Pero desde la llegada del Mesías había llegado el tiempo en que los verdaderos adoradores no se volverían a identificar por el lugar donde adoraban. Los verdaderos adoradores serían quienes adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Pablo los llama “la circuncisión, los que en espíritu [sirven] a Dios y [se glorían] en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne” (Fil. 3:3). El Padre tales adoradores busca que le adoren, y a estos los acerca a Él (6:44, 65).Continuará
🎵Yo quiero ser un adorador, Oh, oh; Yo quiero ser un adorador Contemplar la hermosura de tu santidad, adorarte en espíritu y en verdad. Yo quiero ser Señor ¡un adorador!🎵
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