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jueves, 17 de julio de 2025

LOS SAMARITANOS

 👣UN CAFECITO NUEVO CADA MAÑANA👣

                   🍮 17 de julio  de 2025🍮


JUAN 4:24-42

Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. (JUAN 4:39) 

Después del intervalo entre los versículos 31-38, los samaritanos vuelven a la narración mientras la historia construye una conclusión poderosa. Muchos habitantes de la villa creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo : “Me dijo todo lo que he hecho”. Con seguridad, podemos suponer que, más allá de este comentario resumido, ella dio detalles de su conocimiento sobrenatural. Para ellos, el conocimiento sobrenatural detallado del pasado de esta mujer determinaba que Jesús era el Mesías. Por lo tanto, cuando llegaron los samaritanos a Jesús, en el pozo, le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Durante ese tiempo, creyeron muchos más por la palabra de él. Aunque estaban influenciados por el testimonio de la mujer, oír a Jesús fue el argumento decisivo. Y decían a la mujer: “Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo”. Con estas palabras no querían denigrar el testimonio de ella, sino indicar que el tiempo que ellos pasaron con Jesús lo confirmaba. La confesión de los samaritanos sobre Jesús como el Salvador del mundo era especialmente importante porque ellos no eran judíos. Si Él hubiera venido a salvar solo a Israel (y no a todo el mundo), como les gustaba pensar a los judíos, los samaritanos quedarían excluidos. Pero el Señor no vino a salvar solamente a Israel. Su misión salvadora se extendió mucho más allá de las fronteras de Judea y Galilea, abarcando a hombres y mujeres de todas las naciones de la tierra. Por medio de la conversación con esta mujer no judía, Jesús le dio la oportunidad de recibir la salvación a toda una villa no judía. De este modo, sentó el precedente para el efecto mundial de su obra de salvación. Juan el Bautista, su predecesor, ya había exclamado antes: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (1:29).  Continuará

🎵Tu palabra es como aceite sobre mis heridas; es el agua en el desierto y el calor en el invierno.🎵

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