👣UN CAFECITO NUEVO CADA MAÑANA👣
🍮 04 de agosto de 2025🍮
JUAN 5:1-16
En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. (JUAN 5:3-4)
En los pórticos cubiertos cercanos al estanque, donde los enfermos estaban un poco protegidos, yacía una multitud de ellos que incluía ciegos, cojos y paralíticos. Al parecer, al estanque lo alimentaba una fuente intermitente (cp. v. 7) y el pueblo se imaginaba que sus aguas tenían poderes curativos (textos antiguos indican que el agua del estanque tenía un color rojizo por los minerales que poseía). Los manuscritos griegos más antiguos y confiables omiten la última frase del versículo 3 y todo el versículo 4. Otros incluyen el pasaje pero lo califican de espurio. A pesar de su brevedad, la sección omitida contiene más de media docena de palabras o frases ajenas a los escritos juaninos, inclusive tres que no se encuentran en ninguna otra parte del Nuevo Testamento. Estos hechos, junto con la ausencia de cualquier mención específica de los ángeles en el resto del pasaje, indican que la sección no era parte del relato original de Juan. Al parecer, después que Juan escribió su Evangelio, los escribas agregaron este material como nota marginal para presentar la explicación popular al movimiento del agua (v. 7. Tertuliano, uno de los padres de la iglesia, se refirió al final del siglo II o al principio del siglo III a la superstición del ángel que movía el agua). Los manuscritos posteriores incorporaron el retoque de los escribas dentro del texto. Continuará
🎵Junto a un estanque de agua, con enfermedad variada se junto la multitud, y un ángel removía aquellas aguas, y el primero que bajaba recibía la salud.🎵
No hay comentarios:
Publicar un comentario