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🍮 19 de agosto de 2025🍮
JUAN 5:1-16
El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado. (JUAN 5:15-15)
La respuesta del personaje sugiere que no atendió las advertencias de Jesús, pues se fue, y dio aviso a los judíos, de que Jesús era el que le había sanado. Sorprende que, tras casi cuatro décadas de mucho sufrimiento, aceptara él su sanidad y luego se apartara de Jesús y mostrara lealtad a los judíos que lo odiaban. Este debe de ser uno de los grandes actos de ingratitud e incredulidad obstinada en las Escrituras. No pretendía con ello alabar o adorar a Jesús por haberlo sanado. Habría sido muy ingenuo creer que ahora reaccionarían positivamente, puesto que los judíos ya mostraban hostilidad abierta hacia el Señor (vv. 10-12). Identificar a Jesús solo ayudaba a promover la hostilidad de ellos. Más probablemente, los actos del hombre fueron otro intento de defenderse por haber incumplido las regulaciones del día de reposo; ahora podía responder la pregunta de las autoridades en el versículo 12 responsabilizando a Jesús (cp. la explicación anterior de los vv. 11-13). Como siempre, los judíos ignoraron el milagro, de modo que el resultado era previsible: los judíos perseguían continuamente (como deja claro el tiempo verbal) a Jesús porque hacía estas cosas en el día de reposo. En sus mentes, Él no solo era culpable de violar el día de reposo, sino que, peor aún, había incitado a otros a violarlo. Así comenzó la oposición abierta a Jesús, persecución que terminaría con su muerte. La suerte estaba echada. Jesús, además de confrontar el legalismo judío en su mismo eje por no haber guardado el sábado, también los retó con su identidad verdadera como el Hijo de Dios en quien “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9). Tan imposible como resulte imaginarlo, la oposición de los judíos contra su Mesías se endurecería e intensificaría hasta satisfacer sus corazones malvados con la crucifixión del “Señor de gloria” (1 Co. 2:8).
🎵Era Jesús el hombre con que hablaba, era Jesús que al estanque llegó🎵
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