馃懀UN CAFECITO NUEVO CADA MA脩ANA馃懀
馃嵁12 de junio de 2025馃嵁
JUAN 3:22-36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que reh煤sa creer en el Hijo no ver谩 la vida, sino que la ira de Dios est谩 sobre 茅l. (JUAN 3:36)
Juan estableci贸 las dos 煤nicas opciones disponibles para los pecadores perdidos puedan escapar de la ira de Dios: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que reh煤sa creer en el Hijo no ver谩 la vida, sino que la ira de Dios est谩 sobre 茅l”. La verdad bendita de la salvaci贸n es que el que cree en el Hijo tiene vida eterna como una posesi贸n presente, no solo como una esperanza futura. Jes煤s dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envi贸, tiene vida eterna; y no vendr谩 a condenaci贸n, mas ha pasado de muerte a vida” (5:24; cp. 1:12; 3:15-16; 6:47; 1 Jn. 5:10- 13). Pero, por otra parte, el que reh煤sa creer en el Hijo no ver谩 la vida. La yuxtaposici贸n de la creencia y la desobediencia es un recordatorio de que el Nuevo Testamento describe la creencia en el evangelio como obediencia a Dios, un elemento esencial de la fe salvadora (cp. Hch. 6:7; Ro. 1:5; 15:18; 16:26; 2 Ts. 1:8; He. 5:9; 1 P. 1:2; 4:17). La aterradora realidad es que la ira de Dios (su desagrado establecido por el pecado) est谩 sobre los pecadores desobedientes que se niegan a creer en Jesucristo. Tal como la vida eterna es la posesi贸n presente de los creyentes, la condenaci贸n es la condici贸n presente de los incr茅dulos. Aqu铆 la idea no es que Dios condenar谩 un d铆a a los pecadores por su incredulidad desobediente; ellos ya est谩n en estado de condenaci贸n (3:18; 2 P. 2:9) y solo la fe en Jesucristo los puede librar de ella. La consecuencia final por negarse a creer ser谩 experimentar la ira de Dios por la eternidad en el lago de fuego (Ap. 20:10-15). Pero fue para eso que Dios envi贸 a su Hijo como Salvador del mundo: para salvar de este destino aterrador a los pecadores indefensos y perdidos (1:29; 3:17; 4:42; Mt. 1:21; Ro. 5:9; 1 Ts. 1:10; 1 Jn. 4:14). De esta manera, Juan el Bautista declar贸 sin ambages la soberan铆a y supremac铆a de Jesucristo, recalcando que solo 脡l es capaz de salvar a los pecadores de las consecuencias de la desobediencia. Y lo que Juan proclam贸 con sus labios, lo mostr贸 en su vida, promocionando activamente el ministerio de Jes煤s, aun a expensas del suyo. As铆, el peso del testimonio de Juan se puede sentir a煤n hoy; es una advertencia para que los incr茅dulos se arrepientan y sigan a Cristo, y un ejemplo para que los creyentes busquen la gloria del Salvador en vez de la suya propia.
馃幍Pecador, ven al dulce Jes煤s; y feliz para siempre ser谩s, si en verdad le quisieres tener, al divino Jes煤s hallar谩.馃幍
http://uncafecitonuevo.blogspot.com
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