



Juan 10:28
y yo les doy vida eterna; y no perecerƔn jamƔs, ni nadie las arrebatarƔ de mi mano.
šµPor gracia salvado soy; //por la fe//šµ
No existe ser humano alguno, en todo el globo terrĆ”queo, que sienta un genuino deseo de morir. De hecho, cuando alguien experimenta este sentir, todo el que se entera inmediatamente aconseja que debe ser llevado al mĆ©dico, porque entiende que dicha persona ha perdido el juicio; no se encuentra en sus cabales. Porque, el ideal de todo ser humano es, poder alcanza una vida prolongada que le permita disfrutar las maravillas de este mundo. Una existencia perdurable, sin fin. Pero, lamentablemente, la vida se acaba. Y nuestras vidas, aun existiendo, se van agotando. Vemos como, poco a poco, se apaga. La Palabra de Dios establece que esto ocurre por causa del pecado. Oh! QuiĆ©n diera que no fuera asĆ! Porque, por mas esfuerzo que hagamos, e intentos y descubrimientos que tengamos, no lo podemos evitar.
¿QuiĆ©n me librarĆ” de este cuerpo de muerte?, hace esta pregunta el apóstol Pablo; y Ć©l mismo responde: Jesucristo. Por la gracia manifestada por su muerte sobre la cruz.
Y, el SeƱor Jesucristo, dice: y yo les doy vida eterna. ¡¡¡QUE PROMESA MAS HERMOSA!!!
¿PodrĆ” haber una promesa y esperanza mayor?
Yo obedecà la Escritura, y acepté a Cristo como mi Señor y Salvador.
¿QuiĆ©n me librarĆ” de este cuerpo de muerte?, hace esta pregunta el apóstol Pablo; y Ć©l mismo responde: Jesucristo. Por la gracia manifestada por su muerte sobre la cruz.
Y, el SeƱor Jesucristo, dice: y yo les doy vida eterna. ¡¡¡QUE PROMESA MAS HERMOSA!!!
¿PodrĆ” haber una promesa y esperanza mayor?
Yo obedecà la Escritura, y acepté a Cristo como mi Señor y Salvador.
šµPor gracia salvado soy; //por la fe//šµ
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