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                🍮27 de diciembre 2023🍮

 

Mateo 26:47

Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

Dos hombres se destacan en los últimos relatos: Pedro y Judas Iscariote. El primero, Pedro, como se zarandea el trigo para separar lo comestible de la paja, fue zarandeado violentamente por satanás (Lucas 22:31-32), y Judas, siendo zarandeado, demostró ser pura paja. De él dijo Jesús: "...A los que me diste yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese" (Juan 17:12). Observemos que el texto identifica a Judas como "uno de los doce". Es decir, era uno de los "amigos" del Señor; uno de los íntimos seguidores, amado, entrenado por el Mesías. Que había sido bendecido por el ministerio y las enseñanzas de Jesús el Cristo, de manera especial. Y era un hombre de confianza, puesto que administraba la bolsa de las ofrendas (ver Juan 12:6). Fue Judas, sin embargo, quien lo entregó con un beso, vendiéndole por treinta piezas de plata. Un acto vergonzoso y al mismo tiempo inexplicable. El salmista David se refirió a aquella malvada acción cuando escribió: "Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar" (salmos 41:9), refiriéndose en el contexto a Ahitofel, y su traición contra el rey David, cuando Absalón se rebeló contra su padre David (ver 2Samuel 15:31). Las palabras del salmista tiene un cumplimiento en la traición de Judas (ver Juan 13:18). Ahitofel era uno de los miembros íntimos de David. Judas era "uno de los doce". #Continuará.

🎵Era uno de los doce que siguió,

A Jesús el nazareno a predicar;

Un buen hombre de confianza, el tesorero,

Que comía con Jesús el mismo pan.

Pero un día la traición lleno su alma,

El amor al dinero lo cegó;

Y por unas monedas miserables,

Al maestro con un beso entregó.🎵

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