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🍮 30 de septiembre de 2025🍮
JUAN 5:30-47
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad. Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. (JUAN 5:33-35)
EL TESTIMONIO DEL PRECURSOR
El propósito del ministerio de Juan el Bautista era preparar a la nación para el Mesías (1:23) e identificarlo cuando llegara (1:31). Por lo tanto, “Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo” (1:15). Las autoridades judías habían enviado una delegación a Juan, y él dio testimonio de la verdad: (1:19-23, 25-27). El testimonio de Juan respaldaba las afirmaciones de Jesús sobre ser el Mesías. Como, en general, él era considerado un profeta de Dios por el pueblo (Mt. 21:26; Lc. 20:6)—el primero en cuatro siglos—, su testimonio tenía un peso considerable. Las autoridades reconocieron la importancia de Juan cuando enviaron una delegación a oírlo. Pero tal como sus padres habían rechazado a los profetas que Dios les envió (cp. 2 R. 17:13-14; 2 Cr. 24:19; Jer. 7:25-26; 25:4; 29:19; 44:4-5), ellos rechazaron el testimonio de Juan. Por supuesto, Jesús no dependía del testimonio humano para determinar su afirmación de deidad, ni ante los ojos de los demás ni ante los suyos. Con toda certeza, no había deficiencia en el testimonio del Padre (v. 37) que necesitara complementarse con el testimonio humano. El testimonio de sus obras (v. 36) y de su Padre (v. 37) eran de mucha más importancia que el de hombre alguno. Por eso, Jesús no citó el testimonio de Juan el Bautista para llenar alguna carencia, sino para confirmar la verdad sobre Él, por medio de quien ya era reconocido como un profeta verdadero de Dios. Así lo hizo pensando en sus oyentes: para que ellos fueran salvos por cuenta del testimonio fidedigno de Juan (cp. 1:35-37). Continuará
🎵¡Soy salvo, éste es mi canto! Cristo me salva, ¡oh cuán glorioso! ¡Soy salvo, miro su gloria! Doy alabanzas al Salvador.🎵
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