👣UN CAFECITO NUEVO CADA MAÑANA👣
🍮2 de mayo 2022🍮
2 Crónicas 22:8
Y haciendo juicio Jehú contra la casa de Acab, halló a los príncipes de Judá, y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató.
Dios había dicho a Elías que ungiera a Jehú, por rey sobre Israel, para que exterminase la casa de Acab, es decir, los descendientes de Acab, por las fornicaciones o idolatrías con las que éste y su perversa mujer, Jezabel, habían hecho pecar a todo el pueblo de Israel. Jehú era, mas bien, nieto de Nimsi, porque su padre fue Josafat; uno diferente al rey Josafat de Judá. La palabra de Dios llama fornicación al pecado de idolatría y a la hechicería, y a la adivinación mediante la cual se consulta a dioses falsos o demonios. Dios aborrece todas estas actividades malvadas, que no dan la gloria a Dios. El pueblo de Israel había sido instruído a través de la ley de Dios, que no debía practicar la idolatría, ni de la manera como habían sido enseñado en Egipto, ni como lo hacían los pueblos cananeos, en la tierra prometida, sino que solamente debían servir a Jehová, el único Dios verdadero. Pero, el pueblo, bajo sus gobernantes, se dieron a la idolatría. Por eso, Dios determinó el juicio contra la casa de Acab, utilizando a Jehú, quien luego de destruir a todos los príncipes de Judá, y a los hijos de los hermanos de Ocozias; también, buscando a Ocozias en Samaria lo trajeron a Jehú, y le mataron y dieron sepultura porque era hijo del rey Josafat, quien había buscado a Jehová de todo su corazón.
#Continuará.
🎵A la batalla Jesús nos llama; va con nosotros el capitán; //Marchemos pues, a combatir, a los ejércitos de satán//🎵
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