š£UN CAFECITO NUEVO CADA MAĆANAš£
š®17 de septiembre 2022š®
Job 19:1-6
Respondió entonces Job, y dijo: ¿Hasta cuĆ”ndo angustiarĆ©is mi alma, Y me molerĆ©is con palabras? Ya me habĆ©is vituperado diez veces; ¿No os avergonzĆ”is de injuriarme? Aun siendo verdad que yo haya errado, Sobre mĆ recaerĆa mi error. Pero si vosotros os engrandecĆ©is contra mĆ, Y contra mĆ alegĆ”is mi oprobio, Sabed ahora que Dios me ha derribado, Y me ha envuelto en su red.
Job le reclama, desesperadamente, a sus amigos, su crueldad contra Ć©l. El no les habĆa hecho nada a ninguno de ellos, y no entendĆa por quĆ© sus ataques. Y, pensaba que toda su calamidad provenĆa de la mano de Dios, quien le habĆa herido terriblemente, y no le escuchaba, y lo habĆa hundido en oscuridad carcelaria. Y aĆŗn, dijo: "Me ha despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabeza. "Alejó mis hermanos, puso ejĆ©rcito contra mi, me arruinó totalmente, me contó entre sus enemigos, mis trabajadores y sirvientes me tuvieron por extraƱo y no respondĆan a mi llamado, mi aliento se hizo desconocido a mi mujer, mis Ćntimos me abandonaron, mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos, y solo me quedó la piel de mis dientes". ¡QuĆ© tremenda descripción! Y, dice a sus: "¿Por quĆ© me perseguĆs como Dios, y ni aun de mi carne os saciĆ”is?". Job Deseaba que sus palabras permaneciesen para siempre, esculpidas en piedras. ¡Y, cierto, que han permanecido! Su Ćŗnica esperanza, empero, estaba en Dios: "Yo sĆ© que mi Redentor vive, Y al fin se levantarĆ” sobre el polvo; Y despuĆ©s de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual verĆ© por mĆ mismo, Y mis ojos lo verĆ”n, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mĆ".
ContinuarĆ”
šµSĆ© que mi Redentor vive
Y al fin se levantarĆ”
SĆ© que mi Redentor vive
Y al fin sobre la tierra reinarĆ”
Aunque mi carne sea deshecha
Con mis ojos, VerĆ© a mi Diosšµ
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