

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
La palabra del Señor nos declara que, nuestra ciudadanía no está en este mundo, sino en el cielo. Cuando nos declaran ciudadanos, entonces podremos disfrutar de todos los beneficios eternos, que nos ofrece nuestro amado Salvador.
Pero para optar por la ciudadanía del cielo, hay un requisito sinequanon; sin el cual se hace imposible adquirir la ciudadanía celestial; y, ese requisito es, aceptar a Cristo Jesús, como único Señor y Salvador; quien es la única garantía para hacernos ciudadanos, y la única puerta a la ciudadanía del cielo.
Entonces, sabiendo ya esto; ¿Eres ciudadano del cielo? O, ¿Eres ciudadano del mundo?
🎵Soy peregrino aquí, mi hogar lejano está, en la mansión de luz do reina paz y amor.🎵
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