



Juan 15:7
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
La oración auténtica, siempre será el producto de un reconocimiento de que, no tenemos, lo que se requiere; de que, carecemos de la sabiduría, la fuerza, la solución, los recursos que necesitamos. La oración efectiva, siempre surge de un hombre o una mujer que se mira a sí mismo y dice: “No sé qué hacer, no tengo lo que necesito. "No está dentro de mí lo que se requiere, para vencer en esta situación”.
Pero, la oración siempre va más allá de ese reconocimiento inicial de insuficiencia. Después que admitimos nuestra impotencia; la persona que cree, vuelve los ojos hacia Dios, extiende sus manos, y abre su alma en expectativa de la respuesta misericordiosa del Padre celestial; espera, confiadamente, y descansa en las promesas eternas del Señor.
🎵Y esperaré pacientemente, aunque la duda me atormente, yo no confío con la mente, lo hago con el corazón.🎵
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